Así comencé a pintar mandalas.
Llegaron unas tablas de okumen recicladas a casa y algo había que hacer con ellas....
Llegaron unas tablas de okumen recicladas a casa y algo había que hacer con ellas....
Fue un juego de creatividad, todo valía.
Nunca había pintado sobre madera.
Nunca había pintado sobre madera.
Cojí una tapa de plástico redonda tipo tuper, y la coloqué en el centro. Dibujé el círculo.
Y comencé a sacar la flor.
En el centro dibujé una espiral, hipnótica como todas, en tonos amarillos, naranjas y morados.
Y por último, cojí celo, e hice el marco. Por eso quedó de esa forma, como corrido por los laterales. Mola el efecto.
Para acabar, quisé seguir jugando y probé a ver como quedaba un rotulador permante en madera, y remarque toda la espiral.
Recalcar, que ha acabado en casa de una amiga, que trabaja habitualmente realizando juegos de creatividad.
Os teníais que encontrar Natalie.
Este fue mi segundo.
Le llamo Urano, porque fue parido oyendo una clase se Astrología sobre Urano.
Me resulta especialmente grata la sensillez.
Le tengo especial cariño porque lo realicé viviendo el presente.
Qué mejor acompañamiento para Urano!
En ese instante y lugar, fuí consciente de que se abría la puerta de la creatividad.
De que iba a seguir creando porque me lleva al presente.
Y así comenzó todo...
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