Esta vez, toca grafito y carboncillo.
Hacía muuuucho tiempo que no tocaba un lápiz de dibujo para hacer un retrato. Durante la infancia y adolescencia me pasaba horas dibujando a las personas en todo tipo de situaciones: en clase atendiendo, fumando en la cafetería (de aquella se podía, jajaja),posiciones de manos, expresiones de ojos, narices, bustos.... no había recibido lecciones del tema, pero la contemplación y la concentración hicieron de maestras....
Pasaron muchos años hasta que volví a retomar el gusto por dibujar. Aunque con forma de Mandala! Colores, geometría, figuras, patterns...era un mundo a explorar!! pero la raíz, es la raíz, y como tál, nos une a la tierra y es la base de nuestro aprendizaje así que volví a retomarlo.
Es un boceto, de una niña, saludando con la mirada, alegrándose de verte, de verse, de que las almas se crucen en el camino de la vida.
Namasté
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